Un estudio que comparó a mujeres con y sin fibromialgia ha vinculado, por primera vez, las bacterias intestinales con la enfermedad de larga duración y sus principales síntomas.
Investigadores en Canadá identificaron 19 especies de bacterias intestinales que estaban presentes en mayor o menor cantidad en personas con fibromialgia.
“Encontramos”, dice Amir Minerbi, de la Unidad de Manejo del Dolor Alan Edwards de la Universidad McGill en Montreal, “que la fibromialgia y sus síntomas (dolor, fatiga y dificultades cognitivas) contribuyen más que cualquier otro factor a las variaciones que observamos en los microbiomas de quienes padecen la enfermedad”.
Minerbi es el primer autor de un artículo reciente sobre el estudio, que aparece en la revista Pain .
Él y sus colegas utilizaron inteligencia artificial y otras técnicas para descartar variables que pudieran influir en la relación entre las bacterias intestinales y la fibromialgia. Estas incluyen la edad, la medicación, la dieta y el ejercicio, entre otros factores.
“También vimos”, añade Minerbi, “que la gravedad de los síntomas de un paciente estaba directamente relacionada con una mayor presencia o una ausencia más pronunciada de ciertas bacterias, algo nunca antes reportado”.
El equipo desea señalar que los hallazgos no muestran si los cambios en las bacterias intestinales son sólo marcadores de la enfermedad o realmente contribuyen o causan su desarrollo.
Estudios futuros que exploren el papel de las bacterias intestinales en el dolor de cabeza, el dolor de espalda y otras afecciones relacionadas con el dolor podrían arrojar algo de luz sobre esta cuestión.
Si se demuestra que las bacterias intestinales desempeñan un papel activo en la promoción y la causa de la fibromialgia, este descubrimiento podría acortar significativamente los años que suelen tardar en diagnosticarse. Incluso podría allanar el camino para encontrar una cura.
Microbioma intestinal y fibromialgia
El microbioma intestinal es un ecosistema vasto y complejo de bacterias, levaduras, virus, hongos y otros microorganismos que habitan el tracto digestivo.
Estos pequeños huéspedes intercambian constantemente señales con las células de su anfitrión.
Numerosos estudios han revelado que la interacción entre el microbioma intestinal y el cuerpo juega un papel importante en la salud y la enfermedad.
La fibromialgia es una enfermedad a largo plazo que afecta entre el 2 y el 4% de la población de los Estados Unidos, lo que equivale a entre 6 y 12 millones de personas.
La característica predominante de la fibromialgia es el dolor generalizado, que suele presentarse acompañado de fatiga, sensibilidad, dificultad para dormir y otros síntomas. Estos síntomas no desaparecen, aunque su intensidad puede variar con el tiempo.
A las personas con fibromialgia les puede resultar difícil realizar actividades cotidianas, como caminar incluso una distancia corta, subir escaleras y realizar tareas del hogar.
El autor principal del estudio, Yoram Shir, director de la Unidad de Manejo del Dolor Alan Edwards de la Universidad McGill, explica: “Las personas con fibromialgia sufren no solo los síntomas de su enfermedad, sino también la dificultad de sus familiares, amigos y equipos médicos para comprender sus síntomas”.
Los datos del microbioma condujeron a un diagnóstico preciso
De las 156 mujeres residentes de Montreal que participaron en el estudio, 77 padecían fibromialgia, mientras que las 79 personas sanas restantes actuaron como grupo de control. Algunas de las participantes del grupo de control eran hermanos, hijos o padres de personas con fibromialgia o que compartían su vivienda.
Todos los participantes proporcionaron muestras de heces, orina y saliva. También se les realizaron entrevistas. Los investigadores analizaron los datos de las pruebas realizadas con las muestras y de las entrevistas. Compararon los resultados de los participantes con fibromialgia con los de sus contrapartes sanas.
El coautor del estudio, Emmanuel González, afirma: “Analizamos grandes cantidades de datos e identificamos 19 especies que aumentaron o disminuyeron en personas con fibromialgia”.
González trabaja como consultor de bioinformática en el Departamento de Genética Humana de la Universidad McGill.
Utilizando el aprendizaje automático, un tipo de inteligencia artificial, para analizar los microbiomas en las muestras de heces, el equipo pudo identificar qué participantes tenían fibromialgia con una precisión del 87,8%.
“Observamos”, señalan los autores, “una asociación cuantitativa entre la abundancia de varias [especies de bacterias] y la gravedad de los síntomas relacionados con la [fibromialgia], incluida la intensidad del dolor, la distribución del dolor, la fatiga, los trastornos del sueño y los síntomas cognitivos”.
Añaden que la “abundancia” de especies de bacterias también “se correlacionó selectivamente con los síntomas relacionados con la enfermedad, pero no con variables independientes de la enfermedad”.
Los investigadores planean replicar los hallazgos en un grupo de participantes más amplio y geográficamente diverso. También desean realizar estudios con animales para descubrir si las bacterias intestinales realmente influyen en la fibromialgia.
“ Esta es la primera evidencia, al menos en humanos, de que el microbioma podría tener un efecto sobre el dolor difuso, y realmente necesitamos nuevas formas de analizar el dolor crónico”.