Mi única escapatoria es dormir, pero ahora el dolor me está distorsionando los sueños y ni siquiera allí puedo escapar. Me despierto tan dolorido que me dan ganas de gritar solo para moverme. Estoy tan cansado al despertar como al acostarme. Parece que el alivio se me escapa estos días.
Haz más ejercicio, eso dicen. No tienen idea de lo difícil que es cuando cada movimiento te hace estremecer de dolor. Caminar cualquier distancia te hace sentir como si la columna se fuera a desmoronar. Hago lo que puedo, camino distancias cortas, levanto piernas en la silla, pero es difícil. Ojalá otros pudieran entender lo difícil que es.
Bajar de peso. Lo intento, de verdad. Sin poder estar tan activo como se necesita, es muy difícil. Sé que mi peso, que subí después de enfermarme, lo empeora. También empeora mi autoestima, lo cual no ayuda en absoluto. Ojalá pudiera bajarlo y me estoy esforzando mucho, pero es un proceso lento, sintiéndome así.
Toma tus medicamentos. Lo hago, te lo prometo, tal como me dicen, pero no me ayudan lo suficiente. Los he extrañado y tuve suerte de no pasarme el día hecha un ovillo en el suelo, así que sé que ayudan, pero no me están ayudando lo suficiente. Tiene que haber algo que me ayude a recuperar la vida.
¿Depresión? Claro, yo lucho contra ella. Cuando no hay una parte del cuerpo que no te duela todo el tiempo, es posible que tú también estés deprimido. Creo que quienes vivimos con esto somos mucho más fuertes de lo que la gente cree.
Ni siquiera puedo comer sin experimentar síntomas. Como algo y me hace correr al baño. No hay ningún aspecto de la vida que la fibromialgia o las demás afecciones coexistentes no afecten. Lo que sea, siempre trae consigo un efecto negativo.
Los síntomas se retroalimentan, y cada uno empeora los demás. Intento mantener una actitud positiva. Sé que esto pasará y me sentiré mejor, pero ni siquiera así me sentiré bien. Tengo mis buenos momentos, pero aun así, el dolor, la depresión, los problemas estomacales, etc., siguen presentes. Aun así, hay mejores momentos en los que puedo hacer más y disfrutar más, pero ¿qué hago mientras tanto?
Me estoy agotando física, mental y emocionalmente. Estoy perdiendo la esperanza de que vengan días buenos y de que pueda encontrar alivio. No debo dejarme llevar por eso; debo creer siempre que hay esperanza, pero ahora mismo es difícil.