La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico que afecta el sistema musculoesquelético y provoca dolor generalizado, fatiga significativa y alteraciones del sueño. Uno de los criterios diagnósticos se basa en la sensibilidad en 18 zonas específicas del cuerpo. Estos puntos sensibles, también llamados puntos de presión , ayudan a identificar la fibromialgia, aunque este criterio por sí solo no es suficiente para un diagnóstico completo. Este síndrome afecta aproximadamente entre el 2 % y el 6 % de la población en países industrializados, principalmente a mujeres. Este artículo presenta los 18 puntos de la fibromialgia, sus síntomas, causas y los diversos enfoques para su manejo.
Definición de fibromialgia
La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por dolor generalizado en todo el cuerpo, asociado con rigidez, alteraciones del sueño y fatiga persistente. Este dolor no está relacionado con daño muscular o articular visible, lo que dificulta su diagnóstico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido oficialmente la fibromialgia desde 1992. El dolor se debe principalmente a una respuesta anormal del sistema nervioso que amplifica la percepción del dolor incluso ante estímulos mínimos.
Los 18 puntos de la fibromialgia
Los 18 puntos específicos se distribuyen simétricamente por todo el cuerpo. Al aplicar presión sobre estos puntos, se produce dolor en personas con fibromialgia. A continuación, se detallan estos puntos y sus ubicaciones:
- Base del cráneo (occipucio) : en la parte posterior de la cabeza, donde se une al cuello.
- Nuca (región cervical inferior) : en la parte delantera del cuello, justo encima de la clavícula.
- Trapecio : a medio camino entre el cuello y el hombro, sobre los músculos trapecios.
- Escápula (supraespinoso) : por encima de los omoplatos, ligeramente por debajo de los hombros.
- Codos (epicóndilos laterales) : en la parte externa de los codos.
- Pecho (segundo espacio intercostal) : debajo de las clavículas, a la izquierda y a la derecha del esternón.
- Caderas (trocánter mayor) : en el lado externo de las caderas.
- Espalda baja (glúteos) : en la parte superior de los músculos de los glúteos.
- Rodillas (almohadillas grasas de las rodillas) : justo encima de las rótulas.
El diagnóstico de fibromialgia a menudo se basa en el dolor percibido en al menos 11 de estos 18 puntos durante un período de al menos tres meses.
Síntomas asociados con la fibromialgia
Además del dolor crónico, la fibromialgia se acompaña de muchos otros síntomas que varían de persona a persona y pueden incluir:
- Fatiga : persistente y a menudo incapacitante.
- Alteraciones del sueño : sueño ligero y no reparador.
- Rigidez muscular : especialmente por la mañana.
- Dolores de cabeza y migrañas : comunes.
- Síndrome del intestino irritable : dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.
- Trastornos del estado de ánimo : ansiedad y depresión.
- Dificultad para concentrarse : a menudo descrita como “niebla mental”.
- Entumecimiento y hormigueo : en las manos y los pies.
- Mayor sensibilidad : al ruido, la luz, la temperatura y el contacto físico.
Causas y factores de riesgo
La causa exacta de la fibromialgia sigue siendo desconocida, pero se han propuesto varios factores de riesgo e hipótesis:
Factores genéticos
Se ha observado que la fibromialgia puede afectar a varios miembros de una misma familia, lo que sugiere una predisposición genética. Sin embargo, los genes implicados aún no se han identificado con precisión.
Trauma físico o emocional
Un trauma físico, como un accidente automovilístico, o un shock emocional, como un duelo o una agresión, pueden desencadenar fibromialgia en algunas personas. Estos eventos estresantes alteran el equilibrio del sistema nervioso, provocando una respuesta anormal al dolor.
Infecciones
Ciertas infecciones, como la hepatitis C o la enfermedad de Lyme, se han relacionado con el desencadenamiento de la fibromialgia. Pueden causar cambios en los sistemas inmunitario y nervioso, lo que favorece la aparición de la enfermedad.
Trastornos del sueño
Las personas con trastornos del sueño, como el síndrome de piernas inquietas o la apnea del sueño, tienen mayor riesgo de desarrollar fibromialgia porque la falta de sueño altera la regulación del dolor en el cerebro.
Maneras de vivir mejor con fibromialgia
Aunque no existe cura para la fibromialgia, varios enfoques pueden ayudar a aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Balneoterapia
La balneoterapia (baños de agua caliente) se utiliza para aliviar el dolor muscular. El agua caliente relaja los músculos y mejora la circulación sanguínea. Muchos pacientes refieren alivio del dolor tras sesiones regulares de balneoterapia. Los tratamientos de spa, que combinan natación y ejercicio, son especialmente beneficiosos.
Actividad física adaptada
El ejercicio físico es esencial para mantener la movilidad y aliviar el dolor. Se recomiendan los ejercicios en piscina, ya que permiten trabajar los músculos sin forzarlos demasiado. También se recomienda caminar, montar en bicicleta o practicar yoga suave para mejorar la flexibilidad y la resistencia. El ejercicio produce endorfinas, que ayudan a aliviar el dolor y a mejorar el estado de ánimo.
Relajación y manejo del estrés
El manejo del estrés es crucial para los pacientes con fibromialgia, ya que este empeora los síntomas. Las técnicas de relajación , como la meditación, la respiración profunda y el yoga, ayudan a relajar los músculos y a reducir la percepción del dolor. La musicoterapia y la visualización también se utilizan con frecuencia para promover la relajación y reducir la ansiedad.
Terapias psicológicas
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las terapias más eficaces para pacientes con fibromialgia. Este enfoque ayuda a modificar los pensamientos negativos y a gestionar mejor el estrés, lo que se traduce en un mejor control del dolor crónico. La TCC también ayuda a desarrollar estrategias para el manejo diario de los síntomas.
Complementos alimenticios y sustancias naturales
A veces se utilizan ciertas sustancias naturales y suplementos dietéticos para reducir los síntomas de la fibromialgia.
Magnesio y ácido málico
Muchas personas con fibromialgia tienen niveles bajos de magnesio, lo que puede agravar el dolor muscular y la fatiga. La combinación de magnesio con ácido málico ha mostrado resultados prometedores para aliviar estos síntomas. El ácido málico, presente de forma natural en frutas como la manzana, participa en la producción de energía celular, lo que ayuda a combatir la fatiga, un síntoma común en pacientes con fibromialgia.
Los estudios generalmente recomiendan una dosis de 1200 a 2400 mg de ácido málico al día, combinada con 300 a 600 mg de magnesio , dividida en varias dosis. Esta combinación puede ayudar a reducir el dolor y la rigidez muscular, a la vez que mejora la resistencia y la fatiga en los pacientes.
S-adenosilmetionina (SAM-e)
La SAM -e es una sustancia química natural que interviene en la regulación del estado de ánimo y el dolor. Algunos ensayos clínicos han demostrado que la SAM-e puede mejorar el estado de ánimo, aliviar el dolor y reducir la rigidez en personas con fibromialgia. Se utiliza principalmente para tratar la depresión, pero también puede aliviar los síntomas de la fibromialgia.
5-HTP (5-hidroxitriptófano)
El 5 -HTP es un precursor de la serotonina, un neurotransmisor que participa en la regulación del estado de ánimo, el sueño y el dolor. Estudios han demostrado que los suplementos de 5-HTP pueden mejorar la calidad del sueño y reducir el dolor en personas con fibromialgia. Se suele recomendar una dosis de 300 mg al día, dividida en tres tomas.
Cayena (Capsicum frutescens)
Los pimientos de cayena contienen capsaicina, un compuesto conocido por sus efectos analgésicos. Las cremas de capsaicina se pueden aplicar tópicamente en las zonas doloridas para aliviar el dolor muscular y articular. Se ha demostrado que la capsaicina reduce el dolor al reducir las reservas de sustancia P , una molécula que participa en la transmisión de las señales de dolor.
Enfoques complementarios y alternativos
Farmacopea china
En la medicina tradicional china, se utilizan hierbas como Xiao Yao Wan (polvo para caminar libremente) para aliviar el dolor de la fibromialgia. Este enfoque busca restablecer el equilibrio energético del cuerpo. Los resultados varían según la persona, pero algunos estudios han demostrado mejoras en los síntomas de los pacientes.
Dieta vegetariana
Algunos estudios han demostrado que seguir una dieta vegetariana puede reducir el dolor y mejorar la salud general de las personas con fibromialgia. Los alimentos ricos en antioxidantes, como las frutas y verduras, ayudan a combatir la inflamación y a eliminar los radicales libres. Esta dieta también puede ayudar a controlar el peso, lo cual es importante para el alivio de las articulaciones.
Resonancia sonora (Técnica Psicofisio)
La Técnica de Intervención por Resonancia Sonora (Terapia de Intervención por Resonancia Sonora) es un método que utiliza vibraciones sonoras para estimular el cerebro y promover la relajación. Este método, también llamado método Psicofisio , busca evocar recuerdos traumáticos para liberarlos, mejorando así los síntomas de la fibromialgia. Aunque esta técnica aún no se utiliza ampliamente, estudios preliminares indican una mejoría de los síntomas en el 90 % de los pacientes.
Biorretroalimentación
La biorretroalimentación es una técnica que ayuda a los pacientes a controlar ciertas funciones fisiológicas, como la tensión muscular, la respiración y la frecuencia cardíaca. Mediante dispositivos que miden estos parámetros, los pacientes aprenden a gestionar mejor el dolor y el estrés. Diversos estudios han demostrado que la biorretroalimentación puede reducir los síntomas de la fibromialgia, como la rigidez matutina, el dolor y la fatiga.
Conclusión
La fibromialgia es una enfermedad compleja que afecta profundamente la calidad de vida de quienes la padecen. El diagnóstico se basa en parte en la sensibilidad en 18 puntos específicos del cuerpo, pero se requiere un enfoque integral para tratar eficazmente los síntomas. Soluciones como la balneoterapia, la actividad física adaptada, los suplementos nutricionales, la relajación y las terapias psicológicas pueden proporcionar un alivio duradero. Al explorar diferentes enfoques complementarios, los pacientes pueden encontrar métodos que les funcionen para controlar mejor su enfermedad en su día a día.