El cambio de estación puede afectar negativamente los niveles de dolor y el bienestar general de las personas con fibromialgia (FM). La sensibilidad a la temperatura es un síntoma común de la fibromialgia. La mayoría de las personas con FM reportan ser bastante sensibles al calor y/o al frío.
El verano está en pleno apogeo y el termómetro sube. Pero mientras muchas personas esperan con ansias temperaturas más cálidas, quienes padecen fibromialgia pueden afrontar el cambio de estación con temor.
Algunos pacientes con FM saben que pueden esperar un brote de fibromialgia debido a la humedad y el calor elevados; otros sufren durante los meses de frío. Ya sea que tienda a ser sensible al frío o al calor, las fluctuaciones de temperatura pueden provocar un brote de la enfermedad y un aumento del dolor.
El calor extremo y el frío intenso pueden ser experiencias dolorosas para quienes tienen un umbral de dolor bajo. Quizás esto explique por qué la sensibilidad a la temperatura es tan común entre quienes la experimentamos.
Gran parte de la investigación sugiere anomalías en el sistema nervioso autónomo, que se ocupa de la homeostasis (la capacidad del cuerpo para mantener la temperatura y otros factores dentro de rangos normales) y de las reacciones de nuestro cuerpo a diferentes situaciones, incluida la reacción de “lucha o huida”.
Los expertos médicos no están completamente seguros de por qué el calor tiene un efecto tan perjudicial en algunos pacientes con FM. Sin embargo, los estudios han proporcionado algunas pistas:
- Los pacientes con FM se deshidratan fácilmente, lo que puede provocar dolor, dolores de cabeza y fatiga.
- Problemas para regular la temperatura corporal. A medida que aumenta la temperatura corporal, los pacientes con FM sufren dolor muscular y fiebre, y también son más propensos a sufrir insolación y erupciones cutáneas. Por ejemplo, la luz solar que entra por la ventanilla del coche en el brazo puede causar ardor.
- La falta de sueño a menudo puede empeorar los síntomas de la FM y las noches cálidas y calurosas dificultan el sueño.
La humedad alta parece agravar estos síntomas, posiblemente porque hace que el calor se sienta aún más opresivo. Los pacientes con sensibilidad al frío también reportan sentirse peor en condiciones húmedas y pegajosas.
Efectos de la humedad en la fibromialgia
La humedad es la presencia de vapor de agua en el aire. Por lo tanto, tiene mucho sentido que se diga que afecta a las personas con fibromialgia, ya que la humedad dificulta que el cuerpo se enfríe y hace que el ambiente sea pesado. Cuando es baja, los pacientes informan que sufren más dolores de cabeza, rigidez, dolor generalizado y brotes.
Las personas con fibromialgia sufren alteraciones debido a diversos factores naturales. Algunos de estos factores pueden ser alteraciones en las condiciones climáticas. Tanto el frío como el calor excesivos pueden desencadenar o aumentar los síntomas de dolor en la fibromialgia. Los cambios en la presión atmosférica pueden considerarse una de las razones por las que las personas experimentan cambios en los síntomas de dolor. No es necesariamente cierto que solo las personas con fibromialgia tengan problemas cuando la humedad ambiental es alta.
También hay personas con otros problemas como asma, alergias y otros problemas respiratorios que tienen dificultades para controlar la humedad. Cuando la humedad absoluta del aire es baja, las personas con fibromialgia experimentan algunos problemas como dolor de cabeza, fatiga, dolor generalizado en diferentes partes del cuerpo, rigidez, etc. En algunos casos raros, también se observa dificultad para respirar.
Prevención de problemas de calor
Cuando te sobrecalientes, probablemente te sentirás mejor si logras refrescarte de inmediato. Las personas con fibromialgia también tienden a tener más dificultades para hacerlo que otras personas.
Probablemente tengas que limitar tu nivel de actividad de todas formas debido a tu enfermedad, pero ten especial cuidado de limitar tu nivel de actividad en un ambiente cálido. Para esos momentos en los que no puedes evitar el calor, mantenerte fresco requiere planificación y preparación.
Algunas buenas maneras incluyen:
- Tome un baño o una ducha fría o evite los calientes.
- Manténgase hidratado y consuma bebidas y alimentos fríos.
- Pasar agua fría por tus manos y/o salpicártela en la cara.
- Usando una sombrilla para dar sombra.
- Use ropa suave, liviana y holgada y opte por colores claros, ya que los colores oscuros absorben el calor.
- Lleve una hielera con hielo o bolsas de hielo y frote la bolsa fría en sus brazos, piernas o cuello donde se sienta más caliente para ayudar a refrescarse.
Aun así, podemos enfrentarnos a un problema especial con estos métodos de enfriamiento. Si los objetos fríos son demasiado fríos para soportarlos, pueden causar un aumento repentino del dolor u otros síntomas.
Cuando el clima se vuelve más cálido, las personas con fibromialgia (FM) sensibles al calor suelen experimentar brotes de síntomas. Las investigaciones han demostrado que las personas con FM expuestas a altas temperaturas reportan un aumento en: dolores de cabeza, dolor, ansiedad, fatiga y depresión. También son más propensas a sufrir erupciones por calor, insolación o agotamiento por calor.
Las fluctuaciones de temperatura pueden empeorar la fibromialgia. Es importante planificar con antelación. Es posible que tenga que pasar la mayor parte del tiempo en interiores, donde puede controlar mejor las condiciones.